Tener un hermano puede ser maravilloso (a veces todo lo contrario) y a la vez doloroso debido a la gran cantidad de sentimientos que puede llegar a despertar en uno.
Yo tengo una hermana. Mar es la niña de mis ojos, mi Tatilla, mi pequeña, mi sol.
Alta, linda, pálida, un poco introvértida, con horrorosos despertares, humor negro, bromista, divertida, morena, sagaz, ojos azules, inteligente a rabiar, crítica, compasiva, buena, sensible, con pecas, preciosa, responsable, buena amiga, con brotes de mala leche, realista y dulce.
Estoy tan orgullosa de ella como nadie se imagina. De repente se ha hecho mayor y tiene una vida preciosa, rodeada de gente buena que la quiere. Cómo se lo merece!
Cada día descubro más cosas buenas en ella y algo más nos une.
Imposible ser yo sin ella.
Imposible ser la una sin la otra.
Todo lo que somos lo somos gracias a que fuimos dos.
Ojalá nada destruya nunca lo nuestro. No lo permitiremos.
Mar, perfecta hasta en tus imperfecciones, te quiero.
Totalmente de acuerdo en que todo lo que somos es mejor teniendo un hermano, y por ende, supongo que teniendo varios herman@s todo se acrecienta.
ResponderEliminarAprendes a compartir, a ceder, a conocer tus manías y las del/de la otro/a, a jugar, a pegarte! y a correr y huir en mi caso, porqué mi hermana era una mole! y encerrarte en el lavabo porqué era el único lugar con pestillo! a huir conjuntamente de la zapatilla de mi madre y a confabular. Decidido! tendré churumbeles por doquier! jajaja. muaaaaaaaaaa