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Baleares, Spain
Soy MMM, treintañera, hiperactiva, adicta al whatsapp (en fase de desintoxicación), algo histérica, divertida, amante de la lectura, amiga, consumidora de series de televisión, fumadora, mamá de dos estrellas y con mil cosas en la cabeza, además de canas. Ahora, ya no llevo mechas, pero me siento como si las llevara! ;)

martes, 1 de abril de 2014

De esas tardes raras


La idea inicial era ir a tomar un café con Silvia al salir del trabajo, pero la cosa ya ha empezado diferente a lo planeado. La policía ha debido verme una pinta sospechosa y me han parado en un control antidrogas y antiarmas. 

- Señora, lleva drogas o armas encima?
- No. (Con cara de menuda pregunta!! Si las llevara no lo diría.)
- Deme los papeles del vehículo y salga del coche para hacer una registro.

Esta parte ha sido la mejor porque llevo una carpeta enorme de papeles y se la he dado entera. Mientras, un agente más jovencillo incapaz de abrir el maletero (tiene truco) ha pasado más de 10 minutos rebuscando por mis almacén de variedades. Ja! Con la de cosas que llevo dentro no hubieran encontrado ni una metralleta!!!

Media hora después...
- Señora...
- Señorita me gusta más. :))))))
- Señora, (el hombre no estaba de humor), parece que está todo correcto.
- Ya, pues por los pelos, porque el otro día en una serie vi que la protagonista se quedaba atrapada dentro de un coche en el río y necesitaba un cuchillo para cortarlo o moriría ahogada. Y me planteo llevar un machete o navaja en la guantera. Eso se consideraría arma?
- ... (el agente seguía sin estar de humor). Se puede ir.
- Perfecto. Gracias por todo! (Aunque aún me quedo con la duda sobre la navaja, Le estaba preguntando en serio...)

Por supuesto, he llegado tarde a mi cita. Menos mal que Silvia ya me conoce. Desde el aparcamiento hasta la cafetería pretendía jugar una partida del Candy, pero una pareja de tortolitos pelando la pava (momento envidia) me han despistado. Y ella dice: "Y si fuera lesbiana?"
Caramba, qué habrá contestado el novio? 

Me cruzo después con una pareja de ancianitos y zasca!!!! El señor se ha tirado un peo de campeonato: largo y ruidoso. Muy largo y muy ruidoso!! De esos que se guarda una para debajo de las sábanas... ;)

Y por fin nuestro momento terapia: carajillo de baileys, croissant de jamón y queso, risas, bromas, charla sobre hombres, amor, simplicidad... (unión de conceptos automática), trabajo, planes, más risas y "pa" casa.
Qué bien me ha sentado.

Pero antes de tirarme en plancha en la cama a disfrutar con El Príncipe, unas compras de última hora. Unos regalitos pendientes y los básico para sobrevivir: Haribo favoritos, Haribo ositos de oro, Pringles Hot&Spicy, Donettes (me ha costado decidirme entre Donuts de chocolate y Donettes, pero el +2 de regalo ha inclinado la balanza), longaniza achorizada, queso de oveja muy curado cortado, Cheetos Sticks y agua. 

En un momento dado, a lo lejos, me ha parecido ver castañas. Joder, castañas en abril!!! He acelerado por si la visión desaparecía y era solo un maravilloso espejismo... y eran bellotas. Uffff. Salir a comprar sin gafas provoca decepciones muy gordas. En fin, tras 10 minutos de búsqueda infructuosa de piñones... me he comprado maki de salmón para cenar. Ahora sí, "pa" casa.

Y ahora sí, saboreando mi cena japonesa "a caraperro" mientras pienso en la montaña de gominolas que me he ganado de postre!!!!

Sé que mañana será un gran día...

Mis aeropuertos



Hace un par de días hablaba con un tipo muy majo ;) sobre mis próximos viajes y me dijo: "Qué te gusta a ti un avión". Cuánta razón, la verdad. 

Pensándolo bien no son los aviones en sí; son incómodos, estrechos, tienen temperaturas extremas, su comida es muy cara, acojonan y cuesta encontrar la postura para dormir. Está claro. Lo que me encanta son los aeropuertos!!!

Los aeropuertos llenos de luces, restaurante, bares y tiendas rarísimas donde una se puede pasar horas de retraso de un plumazo. Con esos WC de espejos maravillosos y luces de neon ideales para dedicar el rato a explotar granos e impurezas del cutis. Con esos asientos incomodísimos repartidos por todas las terminales donde si pasas más de una hora leyendo un libro acabas para ir directa al fisio. Con esos rinconcitos donde tirarte al suelo con tu maleta y ponerte a leer horas mientras te comes un bocadillo grasiento comprado a precio de oro en el primer chiringuito donde la cola no lo hacía parecer misión imposible.

Y las azafatas de tierra? Con esa cara de perdonavidas si no llevas en la mano el certificado de residencia, que miran de reojo mi maleta, que no saben si mi bolso es la maleta o un bolso, que parece que siempre tienen prisa... Y a veces encuentras una simpática y te alegra el día!

Pero sin lugar a dudas, lo mejor de todo son las terminales de llegada. Esos minutos andando (a veces kilómetros) hasta encontrar las maletas, la salida, el exterior. Cuando cruzas la última puerta de no retorno y hay gente esperando (a mi normalmente no) y sabes que has llegado. Es tu destino. Ahora al punto de quedada, al tren, al bus, a lo que toque.

Siempre hacia gente a quien quieres. Posiblemente ese sea el principal motivo de mi devoción por los aeropuertos. Los aeropuertos me unen con MI gente. Será eso por lo que andar por ellos me hace sonreír. El destino es lo que los hace grandes. Por esos abrazos cuando te reencuentras, por esos besos apretados que te hacen daño, por las bienvenidas sin parar de hablar, porque hay mil cosas que contarse (que en persona mola más aunque ya lo tengas todo contado), porque siempre te ofrecen comida como si vinieras de una expedición en la selva, por los piropos y las miradas para ver si algo ha cambiado...

Incluso por las despedidas (odiosas), con más besos y abrazos, con lágrimas inevitables, con miradas que hacen sentir que no habrá un mañana, otro reencuentro. Con ese sabor agridulce de volver a tu casa y a tu cama (algo inigualable) y la mente ya puesta en el siguiente avión.

Y hoy, para el mural de Miró. Mi punto de encuentro. Porque hoy es un reencuentro especial y estoy muy feliz!!!!!