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Baleares, Spain
Soy MMM, treintañera, hiperactiva, adicta al whatsapp (en fase de desintoxicación), algo histérica, divertida, amante de la lectura, amiga, consumidora de series de televisión, fumadora, mamá de dos estrellas y con mil cosas en la cabeza, además de canas. Ahora, ya no llevo mechas, pero me siento como si las llevara! ;)

martes, 1 de abril de 2014

Mis aeropuertos



Hace un par de días hablaba con un tipo muy majo ;) sobre mis próximos viajes y me dijo: "Qué te gusta a ti un avión". Cuánta razón, la verdad. 

Pensándolo bien no son los aviones en sí; son incómodos, estrechos, tienen temperaturas extremas, su comida es muy cara, acojonan y cuesta encontrar la postura para dormir. Está claro. Lo que me encanta son los aeropuertos!!!

Los aeropuertos llenos de luces, restaurante, bares y tiendas rarísimas donde una se puede pasar horas de retraso de un plumazo. Con esos WC de espejos maravillosos y luces de neon ideales para dedicar el rato a explotar granos e impurezas del cutis. Con esos asientos incomodísimos repartidos por todas las terminales donde si pasas más de una hora leyendo un libro acabas para ir directa al fisio. Con esos rinconcitos donde tirarte al suelo con tu maleta y ponerte a leer horas mientras te comes un bocadillo grasiento comprado a precio de oro en el primer chiringuito donde la cola no lo hacía parecer misión imposible.

Y las azafatas de tierra? Con esa cara de perdonavidas si no llevas en la mano el certificado de residencia, que miran de reojo mi maleta, que no saben si mi bolso es la maleta o un bolso, que parece que siempre tienen prisa... Y a veces encuentras una simpática y te alegra el día!

Pero sin lugar a dudas, lo mejor de todo son las terminales de llegada. Esos minutos andando (a veces kilómetros) hasta encontrar las maletas, la salida, el exterior. Cuando cruzas la última puerta de no retorno y hay gente esperando (a mi normalmente no) y sabes que has llegado. Es tu destino. Ahora al punto de quedada, al tren, al bus, a lo que toque.

Siempre hacia gente a quien quieres. Posiblemente ese sea el principal motivo de mi devoción por los aeropuertos. Los aeropuertos me unen con MI gente. Será eso por lo que andar por ellos me hace sonreír. El destino es lo que los hace grandes. Por esos abrazos cuando te reencuentras, por esos besos apretados que te hacen daño, por las bienvenidas sin parar de hablar, porque hay mil cosas que contarse (que en persona mola más aunque ya lo tengas todo contado), porque siempre te ofrecen comida como si vinieras de una expedición en la selva, por los piropos y las miradas para ver si algo ha cambiado...

Incluso por las despedidas (odiosas), con más besos y abrazos, con lágrimas inevitables, con miradas que hacen sentir que no habrá un mañana, otro reencuentro. Con ese sabor agridulce de volver a tu casa y a tu cama (algo inigualable) y la mente ya puesta en el siguiente avión.

Y hoy, para el mural de Miró. Mi punto de encuentro. Porque hoy es un reencuentro especial y estoy muy feliz!!!!!

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