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Baleares, Spain
Soy MMM, treintañera, hiperactiva, adicta al whatsapp (en fase de desintoxicación), algo histérica, divertida, amante de la lectura, amiga, consumidora de series de televisión, fumadora, mamá de dos estrellas y con mil cosas en la cabeza, además de canas. Ahora, ya no llevo mechas, pero me siento como si las llevara! ;)

domingo, 9 de marzo de 2014

Agujetas de carnaval



Traigo en el corazón un trocito de Santa Cruz de Tenerife, en la mochila bastante arena del Médano, en la maleta purpurina, plumas y una copa de reina, en las botas mucha guarrería pegada (debería haberlas tirado directamente), en el cuerpo besos, abrazos y caricias de mis niñas, en mi diccionario particular un montón de frases y palabras chicharreras, en los labios besos y sonrisas, en la memoria cosas que se quedan para nuestras risas privadas y en el alma melancolía. Así es como he vuelto: feliz, triste, emocionada y con agujetas de Carnaval.

Este año por fín llegó el momento planificado desde hace años cuando terminó la universidad y abandonamos Los Bermejales. Ir al Carnaval de Tenerife y hacer allí una de nuestras quedadas periódicas. Y esta vez no ha sido una quedada cualquiera. Esta vez ha sido apoteósica!!!!!

Hemos disfrutado del día, de la playa, del trabajo, de los libros, de la noche, del Carnaval, de la gente, de la música. Qué musica, por cierto!!! (Srta. Campaner, pusieron tu/nuestra/terapia canción muuuchas veces!!!) He aprendido el acentillo chicarrero y multitud de expresiones (la mayoría guarras como debe ser) y casi he parecido de allí. Y es que me sentía tinerfeña casi desde que aterrizó el avión.

Seguramente el motivo ha sido el carácter abierto de la gente, tener allí a mis niñas, conocer a tanta gente interesante y divertida, tener tantas cosas que hacer, los hombres musculitos (mi conclusión es que hay muchos gimnasios en esa isla o son gratis), el buen tiempo, el olor, las galletas de mantequilla, la calle del olvido, el bar de la reina, el orche (que a mi me sonaba todo el rato a orto), las pelucas, el callejeo, la salsa, el merengue, la bachata, el vacilón... Yo que se! 

Son mis niñas en realidad. Eso sí lo sé. Que allí donde ellas están está mi casa. Porque nos hacemos mayores juntas, porque cuando las tengo cerca mi vida tiene más colores (como el puente del arcoiris), porque juntas el drama acaba en risas, porque lo damos todo en cada quedada, porque nos lo montamos donde haga falta y cualquier cosa nos va bien, porque en unos días nos da tiempo a llorar, reír, pelearnos y a hacer el ridículo, porque no hay secretos. Y hasta en silencio nos decimos cosas. Ni siquiera necesitamos mirarnos.

No nos hace falta más dinero. Por no gastar, ni hielo le ponemos al gintonic (va genial al día siguiente por cierto). Pero queremos vernos y sentirnos!!!! Es que estas son las cosas que recordaré siempre. Nay, Marta, me habéis recargado de energía hasta la próxima. Cuánto os necesitaba!!. Es que siempre falta demasiado para la próxima vez...


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