Desaparece la empresa y desaparecen tantas cosas… Hunden Orizonia y nos han hundido un poco a todos. Gente sin trabajo, incertidumbre y equipos y relaciones rotos. Joder qué sensación de derrota!!!
Y rabia y frustración de ver que nadie ha hecho nada para salvar la empresa, para no dejar en la estacada a miles de trabajadores, a empresas asociadas, a proveedores… Quizás sea ignorancia mía, pero es que no logro entender que el Govern balear no haya movido un dedo, que el conseller de turismo de las Islas Baleares no se pronuncie y que a nadie parezca importarle que se vaya a la mierda una de las principales empresas de Mallorca. Sinceramente, me supera.
Hoy, cinco días después de la hecatombe que estamos viviendo los implicados, soy capaz de ponerme a escribir sin llorar de impotencia. Está siendo muy difícil asimilar todo lo ocurrido.
Esta tarde nos hemos despedido de compañeros de los que no sabemos qué futuro tendrán, de amigos, de relaciones forjadas gracias a muchas horas de trabajo, con deseos de suerte, ánimo y una sonrisa triste en la cara (sólo he aguantado cuatro párrafos sin llorar). Esta tarde ya se palpa el sentimiento de fracaso en los ánimos, en el ambiente desolador. Y esta noche, al mismo tiempo, me siento tan orgullosa del equipo, del trabajo que hemos hecho, de lo que estábamos consiguiendo… Nos hemos dejado la piel y hemos dejado el pabellón bien alto!!!
Por todo, gracias a todos con los que he tenido el gusto de compartir esta aventura. He disfrutado muchísimo, he reído a carcajadas, hemos hecho más horas que tontos, me he enfadado, he refunfuñado, he aprendido cosas de cada uno de vosotros y me llevo una gran lección. Ojalá la vida o el trabajo o el destino algún día nos den la oportunidad de volver a compartir algo parecido.